Cuando muchas iniciativas populares son ignoradas en los medios de
comunicación. Cuando se ridiculizan hasta el extremo y se tratan como
excentricidades de iluminados, seguro que os extrañará que de un tiempo a esta
parte se hable con inusitada frecuencia de las plataformas ciudadanas o de
las ”venerables
ancianas astures” que se dedican a hipotecar su tiempo protestando contra
el impuesto de Sucesiones.
Seguro que es mera casualidad y que no subyace el deseo de seguir
adelgazando al Estado ni el de ayudar a que las grandes fortunas (que
seguramente no seas tú) no paguen impuestos por su transmisión patrimonial.
En los razonamientos omiten la progresividad del impuesto donde aún no
está abolido y, seguramente sin querer, se les olvida decir que existe un
mínimo exento bastante alto (200.000 - 300.000 euros en la mayor parte de los
casos).
Se les olvida decir que, por ejemplo en Andalucía, un fallecido puede
dejar a sus dos hijos hasta casi 500.000 euros sin contar la vivienda habitual
para que éstos paguen. O que el hecho de que las renuncias sean cada día más
numerosas, se debe mayoritariamente a que lo que se recibe son deudas.
La verdad es que todo esto es más que sorprendente cuando se trata de un
impuesto centenario, con
notable arraigo en muchos de los países más avanzados del mundo y que
siempre se ha considerado como uno de los instrumentos más efectivos de la
historia para luchar contra los privilegios de cuna. Qué casualidad.
Este impuesto ha formado parte de las “brochures” de muchos investigadores
y estudiosos economistas de muy diferente ideología que simplemente tratan de
evitar la concentración de la riqueza en porcentajes cada vez más pequeños de
la población y de favorecer la meritocracia frente a los privilegios heredados.
Por cierto… seguro que el “cuñadismo extremo” os habrá comentado que “este
impuesto es injusto porque vuelve a someter al tamiz impositivo lo ya gravado”
(lo dirán con otras palabras más de bar… ya tú sabes…). Os doy una respuesta
buena… El impuesto de sucesiones se aplica a un hecho que no ha sido gravado anteriormente,
es decir, el traslado de unos bienes y el aumento del patrimonio de alguien que
nunca antes había pagado por la riqueza que ahora llega a sus manos. Pregúntate,
si sobre el dinero que paga el IVA que abonas por tus consumos, no has pagado antes
tu IRPF…
Al final, todo es bastante sencillo. Este impuesto que a día de hoy,
(aunque la gente no lo sepa) es aplicado a un porcentaje mínimo de herederos,
grava la transmisión de un gran patrimonio a alguien que sólo por cuna lo
recibe… Es progresivo, tanto en el mínimo exento como en la tasa como en el
neto a abonar, al no llevar reducciones en su porcentaje… ¿A quién crees tú que
favorecerá más su abolición? Efectivamente, y como siempre, a los que más
tienen…
Así que nada de dejarse conmover por historias contadas a medias de gente
que será desahuciada por no poder heredar la casa de sus ancianos padres que
cuidó hasta su deceso… La eliminación de este impuesto penaliza al estado,
penaliza su capacidad de reparto y penaliza
la recaudación de la transmisión de derechos de cuna… a cunas pobres menos
recaudación, a grandes cunas…
De ahí que el sistema y la prensa que lo publicita le esté dando tanto
pábulo en sus medios… de ahí que veáis
a la derecha política y mediática defender su aniquilación… Menos dinero
para esas cosas que usan los pobres como la educación y la sanidad pública.
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