lunes, 12 de diciembre de 2016

El capitalismo no eres tú.



Cuando esos tertulianos de la tele, la inmensa mayoría a sueldo del “establishment”, tienen a bien hablar de lo comunista que es cebar al poder público, y cómo es de bolchevique lo de recurrir a lo que ellos llaman “papá Estado” para defender los derechos básicos y proteger a los desfavorecidos, tienden a sufrir una amnesia repentina cuando el Estado rescata a los “amigos del sistema”.
Nunca oímos crítica alguna cuando el Estado protegió a las cajas, arruinadas por políticos megalómanos y corruptos, o cuando como es el caso, el dinero público se regala a medias a constructoras y bancos acreedores.
El tema del rescate de las autopistas de peaje, es sólo el último de los capítulos, hasta ahora, de cómo el mundo político se une al empresarial y al financiero para hacer que la ciudadanía compense pérdidas de negocios ruinosos. ¿Cuál será el próximo? ¿Por qué se abandona el adorado laissez-faire, cuando lo que está en juego es, directamente, el dinero de los poderosos?

Este grupo de carreteras privadas que ahora se rescatan, es otro producto más de la megalomanía política exenta de consideraciones técnicas, de la barra libre con el dinero público. Carreteras que iban a ser milagrosas, con cálculos de tráfico de ciencia ficción, y cuya construcción en tiempo record puso a recuperar inversión antes incluso de lo previsto, hasta que la crisis las desertizó y comenzó el “run run” de la necesidad de ser compradas por el Estado (como se comenta en este artículo de 2013), que se concreta ahora simulando un grandioso regalo navideño.  
Ahora vienen a decir que el rescate es para preservar los empleos que estas penosas y deficitarias infraestructuras generan. Ya, 5.000 millones de euros, para los empleados, seguro, sin duda.
El capitalismo no eres tú, aunque lo apoyes y te veas tan feliz votando a partidos que no les duele en absoluto regalar dinero público a manos privadas, para las manos privadas de los más poderosos.
Por cierto, ¿dónde está ese férreo control parlamentario de la oposición que iba a evitar cacicadas injustas? Os lo digo yo, no en los escaños de Ciudadanos, ni en los del PSOE.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Si os digo que no me importa nada.



Poco me importan las elecciones de mañana. Sí, a esas que PRISA igual le dedica la mitad del tiempo que al piso de Espinar.
La edad, que me va consumiendo (dejadme ponerme tremendista), me ha convencido poco a poco, y a pesar de que me veáis activo, y hasta pesado en las redes sociales, que al final en esto de la política casi todas las veces todo da un poco igual. El caso de las elecciones americanas es el claro ejemplo de ello.
Igual me da que gane Clinton, una señora con el suficiente poco amor propio como para perdonar millones de cuernos maritales, mucho más cerca de la extrema derecha que cualquiera de nuestros políticos, que un personaje como Trump, que hasta ahora sólo nos ha demostrado que sabe utilizar el régimen de un modo impecable para convertirse en ultramillonario y que puede demostraros que su mano de obra le importaba una mierda.
No voy a hacer ningún otro post de estas elecciones. 

Mi amigo Carlos Clemente me vaticinó en una gran noche de Virgen Blanca, que ganaría Trump. Como Carlos es una persona con bastante criterio, no tengo argumentos para contradecirlo… no os engaño, morbosamente, la idea me pone.
Gane quien gane, el establishment (sabéis que adoro el término) ya venció a Sunders, la única posible pseudo alternativa… así que como dicen en los séptimos innings de los partidos de beisbol… “God bless America”…
Ahora sólo deseo un buen espectáculo el martes e incluso alguna buena noche de preocupación a alguna persona de bien, que se crea todo lo que los millones de expertos en política estadounidense comenten.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Socialistas de piel fina.



Ya hay Gobierno, y ya ha pasado una semana desde que la cara B del bipartidismo se entregó al monopartidismo, dejando el camino despejado a la derecha para gobernar cómodamente durante la próxima década en España.
Contra pronóstico,  y en lugar de estar recibiendo clases de autocrítica, o alguna explicación de la Presidenta de Andalucía, colaboradora imprescindible de las élites, lo que vemos y escuchamos es socialistas heridos, socialistas de piel fina. Pero increíblemente no son esos los militantes y votantes que se sienten engañados porque su voto haya valido para una investidura gratis de Rajoy, no, los dolidos son los cargos del partido y los diputados que apretaron el botón.
Esos diputados se indignaban con las palabras más que acertadas de Gabriel Rufián, y ponían caras y se consumían en aspavientos con cada intervención en el Congreso que les reprochaba el mayor delito que puede cometerse en democracia, no respetar a tus votantes.
Esos votantes depositaron su voto en la urna, con la promesa de que nunca valdrían para alzar a Rajoy a su segundo mandato. Valió una orden desde el sur de Despeñaperros, aderezadas por unas cuantas llamadas de las élites, para humillar a esos votantes, destrozar el partido para décadas, sino darle la estocada final. 

Y siento vergüenza ajena de aquellos que por mantener una poltrona, por el miedo de quedarse sin salir en la foto, pulsaron el botón de la abstención. Siento vergüenza ajena de Hernando y de sus patadas a la videoteca, supongo que salvo por el dinero y el puesto garantizado, no dormirá muy tranquilo últimamente.  Pero paradójicamente son ellos los ofendidos.
Y mientras el PSOE se volatiliza y se nombra un Gobierno que gira aún más a la derecha, si cabe, gracias a votos socialistas robados, los medios han conseguido que se hable esta semana de la casa de un senador de Podemos, y de cómo se deshizo de ella hace 6 años. Quirúrgicamente urdido y ejecutado.

jueves, 27 de octubre de 2016

Empezamos con éste.



Hoy los europeos deberíamos sentirnos un poco más tristes. Seguro que no lo has visto mucho en los medios, porque no interesa, pero ayer se aprobó el CETA.
Seré un poco didáctico… El CETA es un tratado de comercio e inversiones entre la Unión Europea y Canadá. Este tratado se ha negociado de un modo absolutamente opaco y su articulado quedó listo para su ratificación por parte, al menos, del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo en 2014.
Este acuerdo, como el TTIP (USA), implican, por lo que ha trascendido, que curiosamente en el siglo XXI no es mucho,  una bajada generalizada de los estándares europeos con la consiguiente disminución de protección laborales, sociales, ambientales o culturales. Una desprotección del ciudadano con cosas tan determinantes como la ampliación de la duración de las patentes farmacéuticas y una pérdida de soberanía con cosas tan “inocuas” como los tribunales de arbitraje privados, para cuando un estado miembro y una multinacional entren en conflicto.
El CETA tampoco va acorde con la lucha contra el cambio climático. Incentiva el transporte transatlántico, el fracking y frena la incentivación a la producción de energía limpia.
Estos días, de tapadillo, habrás escuchado que no sé qué región belga estaba paralizando la firma del CETA. Estos belgas se rindieron ayer.
Hace un par de meses algunos políticos en el Parlamento Europeo hicieron público el oscurantismo y las malas artes de la negociación del TTIP. Acuerdo que sólo podía ser leído en una sala blindada en Estrasburgo. Esto hizo que gracias a protestas ciudadanas se paralizase su aprobación. Casualmente unos meses después y con mucho menos ruido, se ratifica este tratado, teóricamente con Canadá (imaginaos la multitud de empresas estadounidenses con filiales canadienses) y que seguro en poco tiempo habrá abierto el camino al hermano mayor. 

Me preguntan habitualmente por qué me opongo a estos tratados, cuando la pregunta es la contraria. ¿Por qué mi Gobierno tiene que aprobar unos tratados tan poco transparentes? ¿Por qué los ciudadanos europeos no tenemos derecho a saber qué dice ese tratado?
Esto ha pasado de puntillas, y sí que es una verdadera pérdida de soberanía… pero tiene menos de comedia y al final el gol… nos lo mete el establishment, todos contentos.

martes, 25 de octubre de 2016

La protesta callejera no es violencia y viceversa.


Se prepara una nueva cortina de humo para ocupar espacio informativo durante el fin de semana que viene, donde las élites habrán ganado la batalla y la Gran Coalición será un hecho. Esta cortina serán minutos y minutos de información de una protesta ciudadana convocada por la Coordinadora 25S bajo el contundente a la par que desafortunado lema de “Rodea el Congreso”.  
Me gusta ver a la gente protestar, manifestarse, reivindicarse como ciudadanos. Me gustaría que la gente saliese a la calle mucho más a menudo y que el resto de la ciudadanía se entere de lo mal que lo pasan colectivos ajenos. El poder adora que no podamos organizarnos como clase y que ni siquiera nos enteremos de los problemas del gremio de al lado.
Por eso, y porque nadie nos ayudará, hay que protestar con cabeza, como se hará mañana contra la absurda reforma educativa de Wert. Con razones de fondo y con unas formas exquisitas.
Protestar no es el espectáculo de la semana pasada en la Autónoma, donde “presuntos estudiantes” encapuchados boicotearon una conferencia de Felipe y Cebrián (tanto monta, monta tanto). Eso es violencia. Que sean portavoces y paniaguados de la oligarquía no justifica que no puedan explicarse. Hay que ser inteligente, hay que machacarles con preguntas incómodas, con argumentos contundentes y sobre todo, hay que respetar a los profesores y alumnos que prepararon esta charla con el fin de mostrar puntos de vista diversos en lo que debe ser la cuna del conocimiento, la Universidad.

Espero que la manifestación del sábado sea tan exitosa como pacífica, que los grupos de alborotadores no encuentren cobijo en la muchedumbre y que la ciudadanía que no se haya enterado, que estoy seguro de que la hay, sepa de la magnitud del golpe de estado que la oligarquía ha perpetrado, asesinando al primer partido de la oposición.  
Aun así prepárate a ver minutos y minutos de televisión de la manifestación, criminalizando a ciudadanos como tú y como yo… antes, durante y después de la protesta, sólo porque han decidido salir a la calle a reivindicarse, un día señalado, el día en el que hay que tapar las vergüenzas del régimen.
De momento, protestar se puede, es derecho constitucional.