lunes, 26 de febrero de 2024

Buscando la desaparición de Podemos con pesca de arrastre.

La izquierda española ha estado históricamente fragmentada, con un arraigado historial de luchas intestinas y, en última instancia, de fracaso electoral. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una nueva ola de movimientos progresistas, siendo Podemos uno de los ejemplos más exitosos.

Al principio de su andadura política, Podemos se presentó como una alternativa esperanzadora y eficaz a los partidos políticos tradicionales, ofreciendo una voz diferente para el pueblo. Con un mensaje claro de justicia social y lucha contra la corrupción, se ganaron rápidamente el apoyo de muchos españoles, posicionándose como el partido que traería el cambio y el progreso al país.

Podemos disfrutó de éxitos tempranos, ganando un número significativo de votos y rompiendo finalmente el bipartidismo en 2014. Sin embargo, desde entonces, la arena política se ha convertido en un lugar más difícil para ellos. Las proyecciones (de un modo abiertamente delictivo) que hacían de ellos los medios de comunicación, algunas traiciones internas y la pérdida de frescura produjo un descenso de su popularidad entre los españoles, lo que se ha traducido en una falta de representación en el Gobierno y cierta desilusión entre sus simpatizantes.

A pesar de estos contratiempos, Podemos sigue siendo una voz importante en la política española, impulsando continuamente políticas progresistas y abogando por la igualdad social. Siguen representando la lucha de quienes han sido dejados de lado por los partidos establecidos y exigen responsabilidad al Gobierno español.

De hecho, la realidad de la izquierda española es muy prometedora, porque no le faltan motivos por los que pelear: cuestiones sociales como la desigualdad sistémica, el desempleo juvenil y la discriminación de género siguen siendo prevalentes, y la izquierda continúa siendo la voz de aquellos que han sido ignorados por el establishment. Puede que Podemos haya sufrido reveses a lo largo de los años, pero su lucha es la lucha de muchos españoles. Es vital seguir avanzando, creando alianzas y luchando por el cambio, no sea que volvamos a caer en viejos patrones de luchas políticas internas y estancamiento.

La formación de Sumar ha sido un importante invento de las élites mediáticas y sociales, incluso más que de las políticas, para arrinconar a Podemos. En la que sin duda han encontrado aliados, donde yo hubiera pensado que los encontrarían. Sin embargo, no han calculado bien sus fuerzas y han barrido de forma notable aquello que quedaba a la izquierda del PSOE con cierta vocación nacional, dejando sólo movimientos de izquierda nacionalista empoderados.

 


Estos movimientos nacionalistas han abandonado el extremismo en el que se movían, pasando a convertirse en fuerzas de espacios con vocación de poder, con lo que en cámaras autonómicas y gobiernos locales, han sustituido a ese voto a Podemos que le hizo ser primera fuerza en muchas circunscripciones, no hace tanto.

Hay tablero para la pelea, y hay cada vez más razones para seguir pensando que el trabajador tiene que tener su voz propia, al margen de lo que los medios de comunicación le quieran hacer creer.

Hacedme caso, aunque lo digan por la tele, los intereses como sociedad de una persona que cobra el SMI y de cualquier directivo de una empresa del IBEX no son los mismos, los vistan con la salsa de la amnistía, de la ETA o de la Desamortización de Mendizábal.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Cómplices de la masacre de un pueblo.

 Hace mucho que no colgaba un post por aquí. Mala costumbre eso de entregarse a las redes de los 140 caracteres o similar. Pero, aunque no está muy claro cual es el futuro de estas líneas que lanzamos al ciberespacio, no puedo dejar de al menos dejar por escrito unas palabras sobre un genocidio que estamos viendo en directo y la vergonzosa inacción de occidente.

Dentro de las cosas me gustaría compartir es compartir que no me queda más remedio que pasar las fotografías y los videos que me llegan a través de múltiples estímulos mediáticos perdiendo la mirada en el infinito. No puedo ver tanta imagen de la masacre, el sufrimiento y el dolor de un pueblo que está viendo como los 70 años de asedio pasado se están magnificando a tiempo real en las últimas semanas.

Me cuesta no poner la cara de mi hijo a cualquier niño tembloroso, inconsciente o calcinado que aparece en esos videos y me genera una tristeza extrema. Empezando por esto, no entiendo la falta de empatía de occidente. Mucho menos que alguien, quien sea, y por los intereses que sea, justifique esta matanza. 


 

Y la justificación está en muchos niveles. Justificarla es no condenarla, justificarla es no retirar el apoyo diplomático, económico o militar a un estado que está exterminando a la población de un país vecino sin ningún pudor, justificarlo es ser tan miserable como para otorgar la Medalla de Oro de Madrid a ese estado exterminador.

Puedo presumir de que mi entorno es muy heterogéneo en lo ideológico, y afortunadamente me consuela que aún no he oído ninguna palabra de apoyo ni de descargo relativa a esta barbarie. Pero esto aun me preocupa más, porque desoyendo el clamor popular son decisiones que se toman en la moqueta de los despachos oficiales.

¿Qué puede hacer que los gobernantes occidentales estén presenciando esto y ni siquiera hayan tenido el valor de ser radicales en la repulsa, la condena y el intento denodado de parar  este destrozo al pueblo palestino? No tener la respuesta me sorprende y me aterra.

Todos sabemos que un par de muertos blancos en un huracán en Alabama valen mucho más que cientos de palestinos asesinados bajo las bombas fabricadas en nuestras propias fábricas, pero me rebelo contra esto y lo personalizo, Europa como entidad y sus países de forma individual están haciendo el ridículo.

El comportamiento de occidente de estas semanas nos avergonzará en el futuro. Nos avergonzará ver las imágenes de cómo se ignoró, apoyó y hasta se alentó acabar con la vida de decenas de miles de personas, hombres, mujeres y niños, cuyo único error que habían cometido es nacer un poco hacia el este de donde estamos ahora.

¡Parad el holocausto palestino, ya!

viernes, 22 de mayo de 2020

No es el final, pero es un final.

Hacía bastante tiempo que no colgaba nada en este blog, y hoy estoy un poco en plan "se acaba un poco esta etapa de confinamiento por un virus mundial que nunca habíamos pensado vivir". Por eso, voy a colgar una reflexión que me pidieron unos amigos hace unas semanas de cual era mi impresión de la gestión de esta pandemia. No sé, supongo que será un poco la necesidad de dejar el recuerdo de estas semanas, que con el pase a la mítica "Fase 1" de la desescalada, parece que se terminan, seguro que no para siempre, pero se terminan... (de ahí el título copiado de la canción de MClan).
Entiendo que para empezar, cualquier análisis que se haga de cómo se están comportando los gobiernos, cualquiera, de mayor o menos tamaño y que esté seriamente afectado por el virus hay que dividirla en dos partes, la sanitaria y la económica.
Empecemos el análisis con la sanitaria. Seguramente en esta faceta están los errores más importantes del Gobierno… (y ojo, hasta el día 14 de marzo que empieza el estado de alarma, cuando leais Gobierno no leais sólo Gobierno central, porque os recuerdo que las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias en Sanidad y Servicios Sociales, después también aunque con mayor co-gobierno, en todos los casos).
El Gobierno falla en no empezar el confinamiento antes. Si el confinamiento empieza el 1 de febrero no hubiera habido casi muertos, si empieza el 7 de febrero hubiera habido algunos, si empieza el 14 de febrero unos pocos más… y así hasta el 14 de marzo que es cuando empieza el estado de alarma y el confinamiento habían fallecido 121 personas. El primer muerto por Coronavirus (declarado) es del 4 de marzo. Si el Gobierno, una vez visto lo que había pasado en Italia, nos confina un día antes, se hubieran ahorrado contagios y muertos, si es dos días antes más, y así sucesivamente, hasta nochevieja. 

De hecho las medidas tendrían que haber sido más contundentes desde el principio. Se tenia que haber cortado el tráfico aéreo con Italia mucho antes. Debe ser fácil saber cuantos Madrid-Milán hay al día, y toda esa gente era potenciales portadores.
A partir de ahí se precipita todo, porque el 14 de marzo, con 121 personas muertas nos confinan, pero ya veis todo el tinglao de gente contagiada que había.
El segundo error importante de la gestión de la pandemia… El abastecimiento de las protecciones y la compra de los tests… Que esto va íntimamente unido.
A España, a todos los centros de salud, hospitales, territorios, esto les corto de recursos y de provisiones, sobre todo respecto a protecciones. España no tiene prácticamente fabricación propia y hay que salir a comprarlo todo fuera. (Ojo, esto no es sólo de esto, de muchas cosas… Yo os lo he dicho muchas veces, cada día somos más como República Dominicana. En Santo Domingo pocos van a una fábrica a trabajar a las 8, producen y salen a las 5… Eso sí, si necesitas un generador, te lo consiguen, necesitas un millón de rollos de papel higiénico, te lo consiguen… dos días desde Miami).
El caso es que sales fuera y además el Gobierno (esta vez sí el Gobierno Central) pone la gestión de las compras en el Ministerio de Sanidad… Un ministerio vacío que apenas tiene competencias, y empiezan los carajales varios de mascarillas, de tests, de todo… Esto le ha pasado a todo el mundo, pero no es excusa. Seguro que si la gestión la hubiera llevado el Ministerio de Hacienda, (por el tema de la gestión de fronteras) o el de exteriores, que tendrá más mano en las relaciones internacionales comerciales, hubieran tenido menos problemas.
Espero y así lo exigiré que, cuando todo esto pase, se publiquen, una por una, todas las compras realizadas y que se sepa quienes son los que han vendido los productos defectuosos y quién era el responsable de cada una de esas compras.
Después vino el cofinamiento extremo, el más relajado y la desescalada. Todas estas fases, desde el punto de vista sanitario estuvieron bien, acertadas. Dejar a la gente en sus casas, insistir en el teletrabajo, evitar que la gente coja el transporte público, por supuesto que evita contagios… Esta parte era fácil. La gente se ha ido poniendo nerviosa por oleadas, primero que los niños tenían ataques de ansiedad, luego que necesito endorfinas y se me están atrofiando los músculos, luego la economía… Todo el mundo con el “qué hay de lo mío”, pero supongo que más culpa de la ansiedad y el hastío. Creo que la sociedad se ha comportado bastante bien. Eso es algo con lo que quedarse. (Como ves no hago ninguna mención a lo que está pasando estos últimos días que es absolutamente anecdótico dentro de todo esto).
Para acabar con esto de las presiones, pues creo que la prisa por activar la economía, más en verano, va a hacer que nos desconfinemos antes de la cuenta. Antes de saber más sobre el virus, antes de tener numeros más bajos de contagiados, y antes de tener a los contagiados más controlados. Espero equivocarme.
Y hasta aquí el tema de la gestión sanitaria… En la que todo el mundo, y digo todo el mundo ha hecho todo lo que ha podido, muy por encima de las circunstancias. El ejército montando hospitales de campaña, limpiando geriátricos, las calles, las autoridades autonómicas montando los hospitales que podían, o medicalizando hoteles… todo lo que se ha podido. Esa parte es difícilmente mejorable.
Luego está la parte económica  de la gestión de la pandemia, que aun está sólo en su inicio.
Esto es sacar la bola de cristal, pero puede ser que arranque otra crisis de deuda, con la prima de riesgo por las nubes, cuando haya que salir al mercado a por dinero, por eso es tan importante lo de la pasta de la Unión Europea… Porque pasta, va a hacer dalta. Para saber cómo se va a comportar esto faltan unos cuantos meses… Pero eso es macroeconomía.
En lo más doméstico, es en lo que creo que se está acertando totalmente. Una vez que está claro que todo lo que implique “gente junta” no se puede reanudar, por lo menos de momento… Bares, restaurantes, hoteles, teatros, cines… Se ha intentado mantener a otro de los pilares de la economía española más o menos activo. Es por lo que se ha permitido que industria y construcción hayan continuado, más o menos, a su ritmo… Esto ha implicado que si el trabajo en España tiene tres pilares fundamentales, hosteleria y turismo, construcción y servicios (como servicios digo, bancos, consultoras, gestorías, etc…) tienes en marcha un pilar y medio, porque la construcción va, pero no al 100% del rendimiento.
Esto es un golpe duro para el empleo… Que entre ERTES y parados, debe estar la cosa en 6 millones de personas… Brutal.
Entonces, ¿cómo se palia esto? Pues (desde mi punto de vista) exactamente con lo que se ha hecho desde el Gobierno. Se incentivan los ERTES, a dolor…Y una semana después se prohibe despedir (como causa justificada) por la COVID-19. Esto permite, que por un lado, quien quiera despedir, que aun se puede, tenga que ir al despido improcedente, y por otro hace que la gente se lo piense un poco más.
Y después, lo más importante es dar dinero al que no recibe pasta. Y esto es lo novedoso. Esto no había pasado nunca en la historia. A la gente de ETT que se le ha despedido, dinero. A los que echaron mientras que estaban en el periodo de prueba, dinero. A la gente que ha sido despedida y no tenía derecho a paro, dinero. A los autónomos, dinero.
Esto obviamente es arriesgado, porque si esto dura muchos meses, pues pasará a la historia como el PLAN E 2.0, porque a largo plazo no es sostenible. Pero es lo que hay que hacer, junto con otras medidas, como que no te puedan cortar la luz, ni el agua, ni el gas por impago, que puedas pedir que no te pasen la hipoteca 3 meses, etc…
Obviamente, que esto funcione, requiere que no dure más allá de un par de meses… y que el ritmo de consumo comience de nuevo. Supongo que se subirán impuestos en breve, porque recoger todo este dinero en el mercado de deuda pública es desconsejable y peligroso.
La clave es la diferencia de cómo salir de este “tinglao”.  La construcción y por tanto yo, en la anterior crisis, se redujo al 10% de lo que había en España en 2006. No hubo ninguna ayuda. Además los bancos cerraron el grifo del crédito, cosa que ahora no ha pasado, a costa de endeudar más al Estado. Se acabó despidiendo a mansalva según acababan los proyectos y cogiendo la maleta para irse fuera. Mientras la gente tenga una seguridad económica, aunque sea muy básica y puedas no pagar la hipoteca, o se fomenten medidas como lo de la moratoria en los pagos de los servicios básicos, igual no empiezas a llenar Linz de economistas poniendo hamburguesas.
Esto es lo que pienso de toda esta gestión. Pero me he dejado una cosa… la comunicación. La comunicación de todas las medidas tiene también claros y oscuros. No me ha gustado que en la primera mitad del confinamiento saliesen tantos “uniformados” a dar la matraca y creo que al principio, con las ruedas de prensa diarias de Simón estaba bien montado y era suficiente. Las comparecencias de ministros y de Sánchez a todas horas, son como los toros, si quieres las escuchas y si no, pues no… Pero lo que sí que ha puesto de manifiesto es que el Gobierno no está coordinado. Esto es importante… pero es que aunque no os lo creais… no hace ni 150 días que juraron sus cargos. 

Termino. Como veis he huido de dos cosas… La primera es de ir a la crítica fácil de los recortes y tal… porque juzgar eso por una pandemia, es injustísimo, mucho más injusto que juzgarlo día a día, que como sabeis lo hago. Lo segundo es huir de hablar de bulos, de links, de informaciones acertadas y desmentidas, de las que si se quiere hacer un análisis serio de la situación mejor no mentar para no acabar con una guerra de links por Whatsapp.