lunes, 7 de noviembre de 2016

Si os digo que no me importa nada.



Poco me importan las elecciones de mañana. Sí, a esas que PRISA igual le dedica la mitad del tiempo que al piso de Espinar.
La edad, que me va consumiendo (dejadme ponerme tremendista), me ha convencido poco a poco, y a pesar de que me veáis activo, y hasta pesado en las redes sociales, que al final en esto de la política casi todas las veces todo da un poco igual. El caso de las elecciones americanas es el claro ejemplo de ello.
Igual me da que gane Clinton, una señora con el suficiente poco amor propio como para perdonar millones de cuernos maritales, mucho más cerca de la extrema derecha que cualquiera de nuestros políticos, que un personaje como Trump, que hasta ahora sólo nos ha demostrado que sabe utilizar el régimen de un modo impecable para convertirse en ultramillonario y que puede demostraros que su mano de obra le importaba una mierda.
No voy a hacer ningún otro post de estas elecciones. 

Mi amigo Carlos Clemente me vaticinó en una gran noche de Virgen Blanca, que ganaría Trump. Como Carlos es una persona con bastante criterio, no tengo argumentos para contradecirlo… no os engaño, morbosamente, la idea me pone.
Gane quien gane, el establishment (sabéis que adoro el término) ya venció a Sunders, la única posible pseudo alternativa… así que como dicen en los séptimos innings de los partidos de beisbol… “God bless America”…
Ahora sólo deseo un buen espectáculo el martes e incluso alguna buena noche de preocupación a alguna persona de bien, que se crea todo lo que los millones de expertos en política estadounidense comenten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario