Después de lo
oido antes, durante y después de la
reunión de la ejecutiva que ha batallado el PSOE este sábado, no es que el
partido esté buscando su norte, o su sur, sino que aún no han encontrado la
brújula.
Están
buscándola en varios sitios. Lo intentan en los cajones de los calcetines del
abuelo, en los caserones de los señores antiguos, en los bolsillos de los candidatos
derrotados y en muchas partes a la vez, en casa de cada representante
autonómico, aunque incomprensiblemente casi todos ansían que aparezca en la Giralda.
Ayer Madina
decía que desde que Sánchez es Secretario General el PSOE pierde un voto por
minuto. Desconozco si el cálculo es correcto, pero lo importante, y no lo
dice la frase, es lo que ha perdido el partido es su sitio.
En las pasadas
elecciones los españoles le dieron una bola extra. Los socialistas fieles, los
del equipo de fútbol, ayudados por los voceros del miedo, le perdonaron a
Sánchez que firmase un pacto donde no se derogaba la “Ley Mordaza”, ni la
reforma laboral, ni el 135 de la Constitución. Donde Ciudadanos en su misión de
evitar un “gobierno del cambio real” envolvió a “Sánchez and friends”, que
encantados se dejaron, camino de la comodidad para no importunar al
neoperonismo sureño.
Como en el
pasado semestre, las declaraciones oficiales superan ampliamente la paradoja. De
los creadores de “queremos un pacto que firme Ciudadanos y Podemos” nos llega a
las salas “no
a Rajoy y en la oposición”.
Los escuderos
de Susana (los Page o Vara…) salen en los medios constantemente marcando el
ritmo. El establishment está con ellos. Felipe González acompaña el son de la “Gran
coalición” desde su dorado retiro de yates y consejos de administración. Echo
de menos otras voces, otro socialismo igual de válido pero menos patrocinado,
el de Pérez Tapias, el de Odón Elorza o Patxi López, o “el
disidente” de Ximo Puig… esos no tienen orquestas afines que toquen sus
melodías, es para públicos restringidos, para el rollo “indie”.
Quiero ver
cómo se conjuga ese dejar gobernar a Rajoy sin apoyarle, sin querer mirar a la
izquierda, como tantos queremos, porque Susana, Felipe y los poderes fácticos no
se lo permiten, ni a Pedro, cuyas horas están contadas, ni al PSOE.
Ahora que
Venezuela no es noticia, estos días se hacen muy largos en Ferraz, se le harán
muy largos a Pedro Sánchez y su escasa valentía. Mientras tanto pasan los minutos.
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