Cuando por allá por Julio de 2014, Josep Oliu, presidente del Banco
Sabadell al que se le han regalado varias cajas rescatadas con dinero público, propuso
en voz alta la creación de un “PODEMOS de derechas”, creo que nunca pensó
el éxito que tendría su idea.
Y no me refiero a su resultado electoral, relativamente
pobre, teniendo en cuenta sus expectativas, de los 40 parlamentarios
conseguidos, sino a su capacidad de bloqueo y de cumplir sus órdenes, su
cometido de evitar, junto con otros actores, la llegada de un gobierno de
izquierdas a España.
Esos 40 escaños les reservaban un papel marginal, tremendamente marginal,
en la legislatura, y sobre todo, no sumaban, con el PP, el ansiado Gobierno de
derechas para que todo siga igual, con el único objeto de que esta legislatura pudiese
servir de 4 años de dique a esas ganas de cambio, que algunos descerebrados
hartos de sufrir, de ver que otros sufren y de que les roben, tienen desde aquel
15-M y que duraron hasta el 20-D.
Y el sistema se puso a trabajar. Medios de comunicación dando a
Ciudadanos un protagonismo que por aritmética electoral no le correspondía,
sondeos que hacían pensar que la saliva de Rivera hacía volar y curaba
enfermedades, y un PSOE, mitad ingenuo mitad rancio, que veía peligrar su
predominancia en la izquierda le hicieron todo el trabajo.
Gracias a los Sanchez Vara, Susana Díaz, Fernández, García Page y compañía
se forzó a Sánchez a
firmar un acuerdo con Ciudadanos que ni sumaba, ni suma, ni sumará, pero
que en aras de la palabra dada es absolutamente inquebrantable.
Ahora Sánchez ve expirar su carrera política sin saber muy bien el
porqué. Está defendiendo la imposibilidad de la vía del 199 y se va a ver
abocado a unas elecciones, en las que está por ver que él sea el candidato, que
podría haber evitado desde el principio, con un gobierno a la portuguesa, bueno
para él, bueno para el PSOE, pero malo para Susana Díaz.
Ciudadanos, le ha ido achicando el espacio, en
un momento apropiado, ahora al final, ya piden Ministerios y ahora Sánchez
está en el córner, lejos de la portería, y mucho más cerca de fingir una lesión
y encarar el túnel de vestuarios, que de una genialidad que acabe en gol.
Estos chicos de Rivera le hicieron firmar un pacto intocable, diciendo
que era para que se adhiriese el PP, sabiendo que los de Rajoy no lo iban a
hacer nunca, y ahora, con la desafección tradicional de la izquierda, que se
trasladará a las elecciones de junio, sólo queda recoger los beneficios en modo
de mayoría absoluta con la suma PP y Ciudadanos.
Sanchez con un resultado aun peor de los 90 diputados dimitirá. Las
calles de Madrid se abrirán para Susana y todos aquellos que la apoyan, y la
derecha, en cualquiera de sus versiones, gobernará por años en España, y nos
olvidaremos de la regeneración y el cambio, como de aquello de “refundar el
capitalismo” en 2008.
Sólo un valiente giro de timón puede terminar con esto. Sánchez en su
fuero interno lo baraja y
por eso fue a ver a Junqueras, pero tiene las manos muy atadas, mucha
gente, sobre todo los que bailan al ritmo de los poderosos, se las han atado,
muy fuerte y con muchas cuerdas.
La verdad es que no estoy muy optimista, pero me gustaría acabar el post
con un “el stablisment triunfador… de momento”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario