O tú o tu entorno. No te equivoques… igual a ti, amigo mío, que rondando
la cuarentena por arriba o por abajo, y que nunca te vas a meter en ningún
follón, que te será suficiente lo de trabajar, salir y opinar sin estridencias,
nunca te lleguen a acusar de terrorismo… pero confío en que dejes algo de ti en
tus hijos y tus nietos y a ellos igual sí…
Igual ellos se hacen titiriteros, o raperos, o se encierran contra los
desahucios, o cuando vayan a la universidad protesten porque hay requerimientos
académicos de primera y de segunda para conseguir los títulos… Entonces igual a
tu hijo rapero, twitero,
artista o reivindicativo
le llegará un día una citación judicial o se presentará la Guardia Civil en su
casa y será portadas de medios de comunicación alternativos, escondidos casi
clandestinos. Le acusarán de querer subvertir la democracia, de ir contra la
Constitución o simplemente de ser diferente.
Entiendo que estéis socialmente cómodos, todos estamos cómodos, yo lo
estoy, o al menos lo podría estar… Pero es complicado no pensar, no leer, no
hacer un juicio crítico y no asombrarse de que a mi alrededor tenga personas
cercanas, amigos, conocidos, compañeros que vitorean y estén más que contentos
por ver cómo a una persona se le priva la libertad sólo porque piense diferente
y/o se manifieste
pacíficamente (entiendo como pacífico el no hacer daño) por ello, porque se
enfrente a “lo establecido”.
Aplaudes a los que detienen y encarcelan a los que resisten sin hacer
daño a nadie y te importa una mierda que se estén
rescatando autopistas de peaje de tapadillo…
Creo que no te enteras, pero que te lo diga yo, te da igual, estaré
contigo y te lo explicaré de nuevo, cuando te lo vengan a contar tus hijos.