Hacía bastante tiempo que no colgaba nada en este blog, y hoy estoy un
poco en plan "se acaba un poco esta etapa de confinamiento por un virus mundial que
nunca habíamos pensado vivir". Por eso, voy a colgar una reflexión que me
pidieron unos amigos hace unas semanas de cual era mi impresión de la gestión de
esta pandemia. No sé, supongo que será un poco la necesidad de dejar el
recuerdo de estas semanas, que con el pase a la mítica "Fase 1" de la
desescalada, parece que se terminan, seguro que no para siempre, pero se
terminan... (de ahí el título copiado de la canción de MClan).
Entiendo que para empezar, cualquier análisis que se haga de cómo se
están comportando los gobiernos, cualquiera, de mayor o menos tamaño y que esté
seriamente afectado por el virus hay que dividirla en dos partes, la sanitaria
y la económica.
Empecemos el análisis con la sanitaria. Seguramente en esta faceta están
los errores más importantes del Gobierno… (y ojo, hasta el día 14 de marzo que
empieza el estado de alarma, cuando leais Gobierno no leais sólo Gobierno
central, porque os recuerdo que las comunidades autónomas tienen transferidas
las competencias en Sanidad y Servicios Sociales, después también aunque con
mayor co-gobierno, en todos los casos).
El Gobierno falla en no empezar el confinamiento antes. Si el
confinamiento empieza el 1 de febrero no hubiera habido casi muertos, si
empieza el 7 de febrero hubiera habido algunos, si empieza el 14 de febrero
unos pocos más… y así hasta el 14 de marzo que es cuando empieza el estado de
alarma y el confinamiento habían fallecido 121 personas. El primer muerto por
Coronavirus (declarado) es del 4 de marzo. Si el Gobierno, una vez visto lo que
había pasado en Italia, nos confina un día antes, se hubieran ahorrado
contagios y muertos, si es dos días antes más, y así sucesivamente, hasta
nochevieja.
De hecho las medidas tendrían que haber sido más contundentes desde el
principio. Se tenia que haber cortado el tráfico aéreo con Italia mucho antes. Debe
ser fácil saber cuantos Madrid-Milán hay al día, y toda esa gente era
potenciales portadores.
A partir de ahí se precipita todo, porque el 14 de marzo, con 121 personas
muertas nos confinan, pero ya veis todo el tinglao de gente contagiada que
había.
El segundo error importante de la gestión de la pandemia… El
abastecimiento de las protecciones y la compra de los tests… Que esto va
íntimamente unido.
A España, a todos los centros de salud, hospitales, territorios, esto les
corto de recursos y de provisiones, sobre todo respecto a protecciones. España
no tiene prácticamente fabricación propia y hay que salir a comprarlo todo
fuera. (Ojo, esto no es sólo de esto, de muchas cosas… Yo os lo he dicho muchas
veces, cada día somos más como República Dominicana. En Santo Domingo pocos van
a una fábrica a trabajar a las 8, producen y salen a las 5… Eso sí, si
necesitas un generador, te lo consiguen, necesitas un millón de rollos de papel
higiénico, te lo consiguen… dos días desde Miami).
El caso es que sales fuera y además el Gobierno (esta vez sí el Gobierno
Central) pone la gestión de las compras en el Ministerio de Sanidad… Un
ministerio vacío que apenas tiene competencias, y empiezan los carajales varios
de mascarillas, de tests, de todo… Esto le ha pasado a todo el mundo, pero no
es excusa. Seguro que si la gestión la hubiera llevado el Ministerio de
Hacienda, (por el tema de la gestión de fronteras) o el de exteriores, que
tendrá más mano en las relaciones internacionales comerciales, hubieran tenido
menos problemas.
Espero y así lo exigiré que, cuando todo esto pase, se publiquen, una por
una, todas las compras realizadas y que se sepa quienes son los que han vendido
los productos defectuosos y quién era el responsable de cada una de esas
compras.
Después vino el cofinamiento extremo, el más relajado y la desescalada.
Todas estas fases, desde el punto de vista sanitario estuvieron bien,
acertadas. Dejar a la gente en sus casas, insistir en el teletrabajo, evitar
que la gente coja el transporte público, por supuesto que evita contagios… Esta
parte era fácil. La gente se ha ido poniendo nerviosa por oleadas, primero que
los niños tenían ataques de ansiedad, luego que necesito endorfinas y se me
están atrofiando los músculos, luego la economía… Todo el mundo con el “qué hay
de lo mío”, pero supongo que más culpa de la ansiedad y el hastío. Creo que la
sociedad se ha comportado bastante bien. Eso es algo con lo que quedarse. (Como
ves no hago ninguna mención a lo que está pasando estos últimos días que es
absolutamente anecdótico dentro de todo esto).
Para acabar con esto de las presiones, pues creo que la prisa por activar
la economía, más en verano, va a hacer que nos desconfinemos antes de la
cuenta. Antes de saber más sobre el virus, antes de tener numeros más bajos de
contagiados, y antes de tener a los contagiados más controlados. Espero
equivocarme.
Y hasta aquí el tema de la gestión sanitaria… En la que todo el mundo, y
digo todo el mundo ha hecho todo lo que ha podido, muy por encima de las
circunstancias. El ejército montando hospitales de campaña, limpiando
geriátricos, las calles, las autoridades autonómicas montando los hospitales
que podían, o medicalizando hoteles… todo lo que se ha podido. Esa parte es
difícilmente mejorable.
Luego está la parte económica de
la gestión de la pandemia, que aun está sólo en su inicio.
Esto es sacar la bola de cristal, pero puede ser que arranque otra crisis
de deuda, con la prima de riesgo por las nubes, cuando haya que salir al
mercado a por dinero, por eso es tan importante lo de la pasta de la Unión
Europea… Porque pasta, va a hacer dalta. Para saber cómo se va a comportar esto
faltan unos cuantos meses… Pero eso es macroeconomía.
En lo más doméstico, es en lo que creo que se está acertando totalmente.
Una vez que está claro que todo lo que implique “gente junta” no se puede
reanudar, por lo menos de momento… Bares, restaurantes, hoteles, teatros,
cines… Se ha intentado mantener a otro de los pilares de la economía española
más o menos activo. Es por lo que se ha permitido que industria y construcción
hayan continuado, más o menos, a su ritmo… Esto ha implicado que si el trabajo
en España tiene tres pilares fundamentales, hosteleria y turismo, construcción
y servicios (como servicios digo, bancos, consultoras, gestorías, etc…) tienes
en marcha un pilar y medio, porque la construcción va, pero no al 100% del
rendimiento.
Esto es un golpe duro para el empleo… Que entre ERTES y parados, debe
estar la cosa en 6 millones de personas… Brutal.
Entonces, ¿cómo se palia esto? Pues (desde mi punto de vista) exactamente
con lo que se ha hecho desde el Gobierno. Se incentivan los ERTES, a dolor…Y
una semana después se prohibe despedir (como causa justificada) por la COVID-19.
Esto permite, que por un lado, quien quiera despedir, que aun se puede, tenga
que ir al despido improcedente, y por otro hace que la gente se lo piense un
poco más.
Y después, lo más importante es dar dinero al que no recibe pasta. Y esto
es lo novedoso. Esto no había pasado nunca en la historia. A la gente de ETT
que se le ha despedido, dinero. A los que echaron mientras que estaban en el periodo
de prueba, dinero. A la gente que ha sido despedida y no tenía derecho a paro,
dinero. A los autónomos, dinero.
Esto obviamente es arriesgado, porque si esto dura muchos meses, pues
pasará a la historia como el PLAN E 2.0, porque a largo plazo no es sostenible.
Pero es lo que hay que hacer, junto con otras medidas, como que no te puedan
cortar la luz, ni el agua, ni el gas por impago, que puedas pedir que no te
pasen la hipoteca 3 meses, etc…
Obviamente, que esto funcione, requiere que no dure más allá de un par de
meses… y que el ritmo de consumo comience de nuevo. Supongo que se subirán
impuestos en breve, porque recoger todo este dinero en el mercado de deuda
pública es desconsejable y peligroso.
La clave es la diferencia de cómo salir de este “tinglao”. La construcción y por tanto yo, en la
anterior crisis, se redujo al 10% de lo que había en España en 2006. No hubo
ninguna ayuda. Además los bancos cerraron el grifo del crédito, cosa que ahora
no ha pasado, a costa de endeudar más al Estado. Se acabó despidiendo a
mansalva según acababan los proyectos y cogiendo la maleta para irse fuera.
Mientras la gente tenga una seguridad económica, aunque sea muy básica y puedas
no pagar la hipoteca, o se fomenten medidas como lo de la moratoria en los
pagos de los servicios básicos, igual no empiezas a llenar Linz de economistas
poniendo hamburguesas.
Esto es lo que pienso de toda esta gestión. Pero me he dejado una cosa…
la comunicación. La comunicación de todas las medidas tiene también claros y
oscuros. No me ha gustado que en la primera mitad del confinamiento saliesen
tantos “uniformados” a dar la matraca y creo que al principio, con las ruedas
de prensa diarias de Simón estaba bien montado y era suficiente. Las
comparecencias de ministros y de Sánchez a todas horas, son como los toros, si
quieres las escuchas y si no, pues no… Pero lo que sí que ha puesto de
manifiesto es que el Gobierno no está coordinado. Esto es importante… pero es
que aunque no os lo creais… no hace ni 150 días que juraron sus cargos.
Termino. Como veis he huido de dos cosas… La primera es de ir a la
crítica fácil de los recortes y tal… porque juzgar eso por una pandemia, es
injustísimo, mucho más injusto que juzgarlo día a día, que como sabeis lo hago.
Lo segundo es huir de hablar de bulos, de links, de informaciones acertadas y
desmentidas, de las que si se quiere hacer un análisis serio de la situación
mejor no mentar para no acabar con una guerra de links por Whatsapp.